Autor: AP / Carlos Valdés

La escasez de microchips y los constantes problemas en las cadenas de suministros no dieron respiro a la industria automotriz estadounidense durante el año pasado, anotando una caída en las ventas de un 8% respecto a 2021 para alcanzar su nivel más bajo en más de una década.

Las automotrices reportaron la colocación de 13,9 millones de automóviles, camionetas y furgonetas el año pasado, ya que la escasez de piezas limitó la producción de las fábricas en medio de una alta demanda de vehículos nuevos.

La cifra es la más baja desde 2011, cuando la economía estadounidense se estaba recuperando de la recesión económica.

Pese a estos resultados, el año pasado terminó con una pequeña luz de esperanza para los fabricantes estadounidenses con ventas que subieron ligeramente durante el cuarto trimestre y los inventarios crecieron a medida que los suministros de partes mejoraron lo suficiente para aumentar un poco la producción.

Los analistas prevén ahora un aumento de las ventas de aproximadamente un millón de unidades durante este año, hasta alcanzar los 14,8 millones de ejemplares, ya que la demanda sigue siendo fuerte.

No obstante, la cifra está muy por debajo de los 17 millones anuales habituales antes de la pandemia del coronavirus.

Debido a que aún hay poco suministro de muchos modelos, el precio promedio de un vehículo nuevo subió en EE.UU. un 2,5% en diciembre hasta alcanzar una cifra récord de poco más de 46.000 dólares, de acuerdo con J.D. Power.