Desde más allá de la cortina de hierro
Desde los años 70 del siglo pasado nuestras tierras han sido visitadas por marcas de autos de Europa Oriental. Casi todas tuvieron un paso efímero y no muchos las recuerdan, pero escribieronun pie de página en la historia del auto en Chile.






Así como en su momento las
marcas japonesas vieron una interesante oportunidad comercial en nuestro país,
los fabricantes de Europa del Este también fijaron su atención hacia este
rincón del planeta. Claro que la primera en llegar fue Zastava, a mediados de
los setenta, y poco después se produjo un desembarque “masivo” con actores como
Lada, Yugo, Dacia, Polonez y Skoda, nombres que utilizando el argumento de los
precios asequibles intentaron echar raíces en Chile.
El tiempo hizo lo suyo y la mayoría de esos fabricantes debió renunciar a sus planes de expansión, quedando como vestigio la presencia de Lada y Skoda, claro que esta última con una realidad muy diferente gracias a los aportes del grupo Volkswagen.
Repasemos parte de lo que fue esta época, en orden alfabético para no herir susceptibilidades, un capítulo muy importante en la cronología del mercado automotor chileno.
Dacia
En un principio esta marca de origen rumano se sumó al mercado chileno con dos ejemplares, un todoterreno denominado 4x4 y una camioneta compacta, un line up sencillo al que en los noventa se le agregó el sedán 1410 y el station wagon del mismo nombre; eran productos equivalentes al Renault 12, marca con la que Dacia tenía un acuerdo de colaboración.
El arribo de Dacia se produjo casi al mismo tiempo que el segundo ingreso de Lada, finalizando 1988, una jugada que por supuesto no le hizo las cosas fáciles debido al competitivo escenario que debió enfrentar; al final, su presencia fue fugaz.
Lada
En estricto rigor esta marca rusa ha ingresado tres veces a nuestro país, con un primer intento a fines de la década de 1970, para luego realizar una fuerte arremetida en 1988 en la que por más de diez años se encargó de poblar las calles nacionales con sus modelos pertenecientes a las familias 21 (2104, 2105, 2107), Samara, Niva y Tavria.
El tercer arribo se produjo en mayo de 2018, con una gama integrada por cuatro modelos, entre los cuales estaba el Niva, aunque cambiando su nombre por Lada 4x4. Hasta el momento sigue presente, claro que con un desempeño discreto en términos de ventas y sin que se hayan anunciado novedades en estos más de dos años.
Polonez
Esta marca de origen polaco arribó a mediados de 1989, ofreciendo en una primera etapa algunos ejemplares construidos en el marco de un acuerdo industrial firmado con la italiana Fiat; se trataba de las tres siluetas que conformaban la gama del Fiat 125.
Luego se agregó un hatchback cinco puertas con tracción trasera en el que se leían las iniciales FSO, en referencia a “Fabryka Samochodów Osobowych” (Fábrica de Automóviles de Pasajeros). En 1991 la marca abandonó sus operaciones en Chile, dejando un recuerdo agridulce en los usuarios.
Skoda
Antes del Favorit y del Felicia Skoda, el constructor de la ex Checoslovaquia, comercializaba el sedán 120 GLS en nuestro país. A este ejemplar lo animaba un motor de 1,2 litro que producía 58 cv y que según el catálogo le suministraba el brío suficiente para alcanzar 150 km/h; el debut de este modelo se produjo en 1983. Su competidor directo era el Hyundai Pony Saloon, que portaba un bloque 22 caballos más potente que el de Skoda.
En 1991 esta marca pasó al grupo Volkswagen, lo que por supuesto le garantizó seguir activa y con una gama de productos moderna y que cubre prácticamente todos los segmentos del mercado. A pesar de sus periodos de silencio y cambios de importador, Skoda nunca se marchó oficialmente de Chile.
Yugo
En 1989 el gran reto lo asumió Yugo, la marca yugoslava que, siguiendo los pasos de Dacia y Lada, se lanzó a la conquista del mercado automotor chileno. En su gama de productos se encontraban los modelos 45, 55, 65, Skala y Florida, siendo este último la gran apuesta a inicios de 1990. Fue diseñado por Giugiaro, mientras que el motor de 1.372 cc (70 cv) pertenecía al anaquel tecnológico de Fiat-Lancia.
Durante 1991 los automóviles Yugo, que en estricto rigor era la marca de exportación utilizada por Zastava, dejaron de llegar a Chile y su recuerdo se diluyó tan rápido como las carrocerías que quedaron abandonadas en patios y recicladoras de metal.
Zastava
Fue la primera marca de la ex Yugoslavia que se conoció en nuestro país, y todo gracias a la presencia del hermano gemelo del Fiat 600, denominado 750, y también por ese simpático furgón de carga que se ofrecía en formato sin ventanas y estilo Kombi; este utilitario tenía un motor trasero de 848 cc que producía 32 cv.
Paralelamente en el catálogo se anunciaba el 1100, que era otro diseño tomado de Fiat pero que nunca logró las mismas ventas que el 750. En 1983 Zastava abandonó el mercado chileno por varias razones, siendo la más importante que el hasta entonces exitoso 750 no podía competir en precio ni en tecnología con rivales venidos de Japón, como el Subaru 600, Suzuki Fronte y Daihatsu Cuore.