Autor: LEO MELLADO

A CONTINUACIÓN LES CONTAMOS QUÉ HACER EN 10 SITUACIONES IMPREVISTAS, PERO DESGRACIADAMENTE MUY FRECUENTES MIENTRAS SE CONDUCE.
Al mejor conductor puede presentársele en cualquier momento y súbitamente una situación de tal peligrosidad, que si no sabe reaccionar en la forma adecuada, las consecuencias pueden ser irreparables.
Y como nadie está libre, mejor considere los siguientes casos como un silabario del cual aprender determinadas conductas.
Los datos provienen de la Fitac (Federación Interamericana de Touring y Automóvil Clubes).

Si fallan los frenos bajando una cuesta: En este caso, hay que accionar intermitentemente el pedal del freno. Aplicar el freno de mano de manera progresiva y rápida, pero no violenta. Luego, cambiar enseguida a una velocidad menor, para aprovechar la acción frenadora del motor. Solo si es absolutamente preciso, desvíate fuera de la carretera, hacia el lugar que te parezca más blando. Es preferible dañar el vehículo que dejarlo rodar sin frenos.

Si un neumático revienta: No aprietes los frenos. Sujeta firmemente el volante con las dos manos y gira lo necesario para mantener recta la dirección del vehículo. Continúa con el pie en el acelerador, pero levántalo con suavidad. Deja que el motor vaya reteniendo el auto y cuando haya perdido velocidad, acciona el freno poco a poco.

Si el auto patina por evitar un obstáculo: No toques el freno, ni levantes el pie del acelerador.
Gira el volante en la misma dirección en que se mueven las ruedas traseras al deslizarse.
Tan pronto como el auto empiece a enderezarse, gira el volante en dirección opuesta, para evitar un nuevo patinazo en sentido contrario. Suelta ligeramente el acelerador, pero no retires el pie bruscamente. Cuando
hayas corregido el patinazo y asegurado la tracción, disminuye la velocidad frenando suavemente.

Si el auto se incendia: Corta inmediatamente el encendido del motor y apártate a un lado de la carretera, frenando el auto. Sobre todo actúa con calma. 
Haz salir a todos los ocupantes del vehículo. Levanta el capó y con el extintor (que debes llevar siempre), con una manta, ropas, tierra o arena, trata de sofocar las llamas. No eches nunca agua. Si el fuego se acerca al depósito de bencina, aléjate rápidamente. Si el parabrisas se rompe y queda opaco: Trata de recordar el trazado de la carretera y mantén el volante firme. Levanta el pie del acelerador. Lo más rápido que puedas y con las precauciones debidas, golpea el parabrisas para abrir así una ventana que te permita
ver la carretera.

Si se cruza un perro en la carretera: Como regla general, no se debe maniobrar ni frenar bruscamente para evitar a un perro u otro animal pequeño que se cruce en el camino. Mira a lo lejos a fin de localizar al animal con la mayor anticipación posible y toca la bocina.

Si mientras otro auto intenta adelantarte, otro automóvil viene en sentido contrario:
Hazle señales con el brazo o con el intermitente, para que no continúe la maniobra. Si no obedece, se puede disminuir la velocidad o aumentarla. Si estás seguro de que el conductor que viene por detrás va a pasarte, disminuye resueltamente la velocidad y apártate a la derecha de tu pista, pues el automovilista atarantado tenderá a ponerse precipitadamente por delante con inminente peligro de choque de los tres vehículos. Si no ha terminado de adelantarte y el auto de enfrente se acerca con rapidez, entonces lo más aconsejable es que pises el acelerador para dejarle espacio detrás de tu vehículo.

Entrar a demasiada velocidad en una curva:
Pisa el freno varias veces. Mientras tomas la curva acelera ligeramente. Si ves que tu auto patina, al mismo tiempo que mantienes el pie derecho en el acelerador, pisa el freno ligeramente con el pie izquierdo. Mantén tu pista. De noche disminuye siempre su velocidad, circulando a una media que te permita frenar siempre dentro del espacio visible. Esto es particularmente importante en las curvas, ya que salvo excepciones, los focos alumbran en línea recta.