Autor: RENÉ DURNEY C.

Aumenta la potencia a 707 caballos, pero se deja manejar como auto de calle normal.
Manejar un auto “musculoso” no es una experiencia que se tenga todos los días. Salvo que usted tenga $42.990.000, por ejemplo, para usar a diario un Dodge Challenger SRT HellCat, como el que acaba de llegar a Chile y que probamos en ruta desde Santiago hacia el balneario de Pichilemu.
El nuevo Dodge Challenger es un auto deportivo de vieja prosapia. La primera generación fue producida por Chrysler Corporation entre 1970 y 1974. La segunda estuvo a cargo de Chrysler Group entre 2008 y 2014 y la actual, por Fiat Chrysler Automobiles.
Pertenece a ese exclusivo club de los “musculosos” creados en Estados Unidos, que también integraron modelos de leyenda como Ford Mustang, el Chevrolet Camaro y el Pontiac Firebird.
Sus característicascomunes eran un poderoso motor por sobre los 300 caballos; tracción trasera (al principio con diferencial rígido de una pieza) y lo más importante: saber conducirlos. Con toda esa potencia enviada al eje trasero sin ninguna asistencia electrónica, el auto se iba de cola a alta velocidad si no se sabía conducirlo.

BAJO EL CAPÓ
La generación 2017 del Dodge Challenger SRT Hellcat ha evolucionado de acuerdo a los tiempos.
Si bien hoy la potencia casi se ha duplicado, la aparición de los sistemas electrónicos de estabilidad (ESC), de tracción y otros, permiten que gente con menos experiencia que un piloto profesional puedan manejarlo sin mayores problemas.
Pero ello no significa que el Dodge Challenger se maneje solo. Se necesita tener claro que ahora hay un motor V8 Supercharger SRT HellCat HEMI de 6,2 litros de ¡707 caballos! Y 881 Nm de par torsional.
Y eso se nota al pisar el acelerador.
El sonido del propulsor y toda esa potencia pasando por un cardán al lado de la pierna derecha del conductor es algo que conmueve, en el sentido “fierrero” de la palabra.
El consumo de combustible es inesperado para un motor de esta categoría: 10,6 litros por cada 100 kilómetros recorridos. Es decir, un rendimiento de 9,4 km/l.
Posee un sistema de amortiguación adaptable de tres modos (SRT): Calle, para el uso cotidiano; Sport, que reduce la velocidad de selección de los cambios desde 400 a 250 milisegundos, aumentando la capacidad de respuesta del motor y el acelerador; y el modo Pista, para una óptima conducción con cambios de machas para un alto desempeño.
La transmisión es automática de 8 velocidades.
A la hora de doblar, los sistemas de asistencia ayudan a que los giros sean muy controlados, aunque no se puede ir contra las leyes básicas de la física.
Y al aplicar los frenos, la respuesta es admirable gracias al tamaño de los discos de 390 mm de diámetro del sistema desarrollado por Brembo, con cáliper de seis pistones, que permiten un mejor manejo del calor y la durabilidad de las enormes llantas de 20 pulgadas.

DISEÑO EXTERIOR  
Como la idea es mantener la tradición de la silueta de un musculoso deportivo, el nuevo Dodge no se aparta del concepto tradicional.
Posee focos delanteros con bordes e halo LED Quad con accionamiento automático, toma de aire en el capó, alerón trasero y parrilla en tono Gloss-Black.
Nuestra unidad de prueba tenía la carrocería de color negro, que roba miradas por donde pasa.

Y POR DENTRO
En el interior hay asientos tapizados en cuero con acolchado superior y contornos más cómodos. El del conductor posee ajuste eléctrico de 6 posiciones y ajuste lumbar de 4. 
Los asientos traseros son flexibles y están configurados en la proporción permiten un mejor manejo del calor y la durabilidad de las enormes llantas de 20 pulgadas.