SEGUROS [INDUSTRIA]
¿Qué vehículos no se pueden asegurar y qué se considera como “pérdida total”?
Autor: JAVIERA LASTRA AMAYA
Ambas preguntas resultan importantes a la hora de evaluar la contratación de una póliza automovilística.Cuando se adquiere un automóvil, protegerlo resulta fundamental para circular con tranquilidad. Sin embargo, al momento de la contratación quedan algunos vacíos con respecto a dos puntos que se deben tener en cuenta:
¿Qué vehículos no se pueden asegurar y qué se considera como “pérdida total”?
En el primer caso, que un automóvil no sea asegurable tendrá que ver con que no cumpla con ciertas condiciones.
Como por ejemplo, no ser el dueño del vehículo en cuestión; que no cuente con daños preexistentes al momento del convenio (que será evaluado con una inspección); que no sea utilizado con fines comerciales ni de emergencia; vehículos modificados de tres ruedas o descapotables, sin patente nacional o “que transporten material explosivo, corrosivo o combustible. Y que no tengan 15 años de antigüedad”, establecen en Consorcio.
Mientras que desde la Asociación de Aseguradores de Chile (AACH), Jorge Claude, vicepresidente ejecutivo, explicó que “cada compañía tiene sus propias políticas comerciales.
Sin embargo, hay características que, si bien no califican a priori para que un vehículo sea asegurado, es siempre posible consultar por el caso particular, ya que puede haber productos específicos para ellos”.
Aunque como usuario siempre es bueno tener claridad de estos puntos, se debe aclarar que no es habitual
que se presenten casos de rechazos de automóviles para ser asegurados.
En el caso de modelos comerciales se evalúan mediante flotas, y es la misma línea que siguen los que tengan usos especiales o que transporten material peligroso.
—¿Cuándo considerar la “pérdida total” del auto?
“Habitualmente tras ser víctima de robo o luego de sufrir un accidente, un vehículo puede ser calificado de pérdida total. Aunque los criterios para determinar esto dependerán de cada compañía aseguradora, en general, se estima que esto se produce cuando los gastos de reparación del vehículo superan el 75% del valor comercial del mismo”, aclaró Jorge Claude, vicepresidente ejecutivo de la AACH.
Tras todo este proceso y una vez que el incidente es liquidado por la compañía en beneficio del cliente, los restos del automóvil pasan a ser propiedad de la entidad, la que normalmente los vende o subasta.