Autor: Javiera Lastra Amaya

El station wagon de la firma alemana, que arribó en marzo al mercado local, cuenta con dos importantes cualidades: espacio y eficiencia. Esta variante es capaz de demostrar su potencia y reacción en los momentos donde más se necesita.

Cuando hablamos de un station wagon inmediatamente aparece una sensación de que hablamos de un segmento antiguo, que tuvo su momento de gloria entre los 80 y 90. Pues bien, algo así fue lo que sucedió
en el encuentro con el Volkswagen Golf Variant TDI. Un vehículo que a simple vista se puede ver como un caballero de personalidad calmada, pero que cuando se convive con él por cinco días, llega a demostrar que eso es solo un prejuicio más para esta categoría.

Hay que comenzar diciendo que pese a sus amplias dimensiones, con 4.562 metros de largo, 1.799 de ancho, 1.515 y 2.620 de distancia entre ejes, es un modelo que no incomoda para sus traslados urbanos. Incluso, cuenta con una maniobrabilidad bastante amable para el usuario. Mostrándose muy estable en curvas a alta velocidad. Este punto es muy relevante en un vehículo que está enfocado a las familias.

El Volkswagen Golf Variant TDI es un fiel ejemplo de esta popular frase. En el primero de cinco días que convivimos con él, las sensaciones que quedaron al final de la jornada no fueron las de un vehículo muy espectacular, si no más bien las de un auto con ritmo diferido.
Sin embargo, en el segundo día urgía mantener una armonía de tiempo alta, por lo que era necesario escarbar en las bondades de este station wagon. Fue ahí donde el modelo de la casa alemana se sacó el traje de Clark Kent y se convirtió en todo un “Supercar”, sobre todo con la caja DSG de seis marchas en modo sport manual.

El asombro por las sensaciones que brindó detrás del volante y pedales, que fue apoyado por los relojes del panel de instrumentos, fue grande. No por que fuese modelo incapaz, sino que por su forma de demostrar que sí puede llegar a ser un vehículo de rápido andar si eso es lo que se busca. Y aún en ese caso, mantuvo su estabilidad y control.

HÉROE DE LA EFICIENCIA
La versión de prueba del Volkswagen Golf Variant TDI es la tope de línea, Highline 2,0 DSG6 ($17.990.000).
Ella aloja un propulsor de 2 litros que desarrolla 150 caballos de potencia y 340 Nm de par máximo. Estas prestaciones le permiten llegar a los 100 km/h en 8,9 segundos.
La marca germana estrenó sus nuevas motorizaciones diésel junto a este modelo, por lo que se puede imaginar que no es un vehículo de alto consumo. Incluso, todo lo contrario. Tras exigirlo y recorrer por varios días más de 300 kilómetros, enfrentando el caótico tráfico de la capital, entregó un rendimiento promedio de 13,1 km/l. Por ello cumple a la perfección con el rol de station wagon: un vehículo familiar,
pero con el que también hay que considerar que se realizarán trámites cotidianos, como los viajes al supermercado, traslados al colegio, oficina, entre otros. Si la idea es combinar todas esas características en un auto, el Golf Variant TDI podría ser un buen candidato a considerar.

En cuanto a su interior y a las comodidades que ofrece a los pasajeros, lo primero que se destaca es su espacio, tanto en las plazas delanteras como traseras y en la capacidad del maletero, que es de 605 litros. Y si los asientos son abatidos puede llegar a los 1.620. Mientras, la sensación de confort del habitáculo es alta, gracias a lo ergonómico de sus butacas. 
Y si se viaja de noche, el techo Skyroof se agradece y valora bastante. Sobre todo para los más románticos.
Otro de los puntos positivos del modelo de Volkswagen es la agilidad para responder que otorga el sistema
de conectividad, el cual simplifica la vida del conductor. Desde el volante se puede controlar la radio, teléfono y panel de instrumentos. Cuenta con sistema de sonido Fender, que si bien no entrega el efecto de estar en un concierto, sí tiene un buen nivel. Si en algo la firma alemana queda al debe, es en la insonorización del habitáculo, ya que cuando se exige más de la cuenta, el sonido del motor delata
que el Golf Variant TDI se está esforzando por entregar lo que el conductor le está pidiendo.

Claramente la misión del nuevo integrante de la familia Volkswagen es que llegó para resucitar el segmento de los station wagons de buena manera, demostrando que pueden ser vehículos familiares y seguros, pero que también brindan emociones al volante.