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La firma japonesa desde hace tiempo que decidió reorientar su gama de productos, echando mano al origen indio. Uno de los beneficios de ello fue el de incluir nuevas versiones hibridadas, tecnología que, como sabemos, es uno de los escalones más sólidos que nos lleva hacia la electrificación; y si un modelo híbrido tiene un precio asequible… la receta es inmejorable. Y dentro de esta estrategia se encuentra el Fronx, crossover del segmento B que llega para convertirse en el cuarto modelo hibridado de la marca.

Mide 3,99 metros de largo y cuenta con 2,52 metros de distancia entre ejes, cotas que de inmediato nos sugieren que se trata de la plataforma Heartect, la misma que podemos hallar en Baleno y Swift. nivel estético, el Fronx va a la segura, apostando por un diseño convencional en la proa, sector que cuenta con una mascarilla pequeña y enmarcada, además de un par de faros delgados que se complementan con las luces empotradas en las esquinas del parachoques, un componente que dicho sea de paso exhibe un look bastante recio.

Por los flancos nos muestra una línea “tridimensional”, una saliente que realza el borde superior de las manillas de las puertas, mientras que un polímero negro se encarga de acentuar los pasos de ruedas y el zócalo, para concluir con un pilar C abatido… como debe ser en un auténtico crossover; la zaga es deportiva y apartada de lo que comúnmente vemos en esta marca.

En el interior destaca la simpleza y la ergonomía típica de la industria nipona, porque a pesar del origen indio, Suzuki no se aleja de sus bases arquitectónicas; eso aplica para todos sus modelos. Para realizar esta cabina se tomaron algunas soluciones presentes en el Baleno.

En el puesto de manejo se ofrece volante multifunción, clúster analógico y opciones de pantalla táctil de 7 o 9” según la versión. El Head-Up Display y el computador de a bordo de 4,2” con gráficas a color solo se incluyen en la variante tope de gama; el anun ciado monitor nos brinda acceso a las plataformas Apple CarPlay y Android Auto.

En seguridad la propuesta comienza con seis airbags, cámara de retroceso, sensores traseros, frenos ABS+EBD y BAS, el obligatorio control de estabilidad y el asistente de partida en pendiente. En los niveles más altos del line up se suma una cámara con visión en 360°.

Pero el punto más interesante de este modelo es su tren motriz, ya que únicamente se ha considerado un sistema de hibridación ligera, liderado por un motor gasolinero Dualjet de 1,5 litros, el que mediante la ayuda de un electromotor tipo generador es capaz de entregarnos una potencia máxima de 102 cv y un torque de 136 Nm. El generador eléctrico se nutre de una batería de 12 voltios, un sistema cerrado que no requiere la intervención del usuario, acumulador que se recarga automáticamente en las frenadas y desaceleraciones. A este motor lo puede acompañar una transmisión mecánica de cinco marchas o una caja automática de seis desarrollos, anunciándose además un rendimiento promedio de hasta 21,3 km/l en carretera, cifra que se ajusta a las nuevas normativas que muy pronto regirán al mercado automotor nacional; hablamos de la norma Euro 6c.